UNA HISTORIA DE AMORALGIA (FASE II)
Soy un faquir desempleado:
de mi estirpe el apestado.
Que hasta las muelas se estremecen
y gelatina ante el aire son mis huesos.
De dolor olvidé hasta mi nombre:
con lágrimas consuelo, que no agua, la garganta.
Ni las sombras de la noche
ni el difuso orto son refugio.
Músculos y tendones como hierro al rojo,
voz del vientre vibrando en las entrañas.
No sirven las palabras.
Ni el canto del cisne:
ni el lamento contagioso.
Sin casta y sin futuro:
en un rincón como un recuerdo
que el silencio borrara de los hombres.
Ni el sol del mediodía
ni el furioso temporal son refugio.
Pues hasta me duele la mente
y el latido imparable de la sangre.
¡Que molesta en la carne hasta la vida!
¡Que hasta, si no mitiga, sobra la cabeza!
Que ni drogas ni ruegos
que llevan hacia el sueño.
...Un mar calmo, una suave brisa,
una sombra acogedora, junto a tu pecho,
un retazo de paz, una sonrisa...
17/06/04 (Clínica Santa Catalina)
Soy un faquir desempleado:
de mi estirpe el apestado.
Que hasta las muelas se estremecen
y gelatina ante el aire son mis huesos.
De dolor olvidé hasta mi nombre:
con lágrimas consuelo, que no agua, la garganta.
Ni las sombras de la noche
ni el difuso orto son refugio.
Músculos y tendones como hierro al rojo,
voz del vientre vibrando en las entrañas.
No sirven las palabras.
Ni el canto del cisne:
ni el lamento contagioso.
Sin casta y sin futuro:
en un rincón como un recuerdo
que el silencio borrara de los hombres.
Ni el sol del mediodía
ni el furioso temporal son refugio.
Pues hasta me duele la mente
y el latido imparable de la sangre.
¡Que molesta en la carne hasta la vida!
¡Que hasta, si no mitiga, sobra la cabeza!
Que ni drogas ni ruegos
que llevan hacia el sueño.
...Un mar calmo, una suave brisa,
una sombra acogedora, junto a tu pecho,
un retazo de paz, una sonrisa...
17/06/04 (Clínica Santa Catalina)
No hay comentarios:
Publicar un comentario