Sin los signos de interrogación esta frase es el título de un artículo de ElMundo.es/Salud, firmado por Isabel Espiño (Si le duele la espalda, trabaje) , la cual, por ese afán de los periodistas por lograr el gran titular, especulo, creo que desenfoca un poco el estudio en que está basado y sobre el cual pretende informar. Más aún, opino que el artículo en su conjunto está también bastante desenfocado.
Empecemos por el principio y extraigamos la frivolidades y los fuegos de artificio periodísticos para centrar el tema y darle algún sentido al mencionado estudio, el cual en sí no aporta nada nuevo.
La periodista informa sobre un informe realizado por The Work Foundation (Fundación sobre el trabajo, se podría traducir), el cual, tras consultar a 15 especialistas de salud laboral respecto de cuatro enfermedades musculoesqueléticas (el dolor de espalda, la artritis, la espondilitis anquilosante (artritis de columna) y los problemas en las extremidades superiores, como codo de tenista o síndrome del túnel carpiano), descubre América: los efectos psicológicos de la inactividad por baja laboral pueden ser más perjudiciales psra la evolución de la dolencia que buscar fórmulas para poder ayudar a la recuperación mediante la conjunción del trabajo con la dolencia.
La periodista lo que ha hecho es resumir una nota de prensa de dicha fundación (Work is ‘cure as well as cause’ of major workplace illnesses), pero o no se ajusta al contenido o no ha sabido captar la idea; digamos que ha salido del paso con un titular llamativo distinto al inglés.
No informa respecto la naturaleza de la fundación (theworkfundation.com), no situa el informe -el mercado laboral de Reino Unido- porque no creo que haya leído sus 70 páaginas (Fit for Work: Musculoskeletal Disorders and Labour Market Participation) ni indaga si, por ejemplo, en España la situación y los métodos son los mismos -que no lo son-, ni tampoco puntualiza, porque generaliza, que se trata principalmente de las bajas ocasionales y no de las de larga duración, si bien se trata de disminuir el porcentaje en que las primeras se conviertan en las segundas o incluso incapacitantes.
En España es norma aplicar las recomendaciones de dicho informe: compaginar la jornada laboral con sesiones de rehabilitación.
Tampoco razona siquiera su titular o porque se dice en la nota de prensa de la fundación la frase que resalta entre comillas. Es decir, el trabajo puede ser tanto causa como cura de una enfermedad, porque los efectos psicológicos de estar inactivo por mucho tiempo, así como las distorsiones que sobre esos efectos se producen en el ámbito familiar a nivel relacional y económico, causan que la enfermedad se agrave.
En este punto el sistema español, como en casi todos, también adolece de no atender al paciente, trabajador o no, como debiera. La periodista sólo tenía que haberse leído, además del informe y de lo mencionadio arriba) un artículo de su mismo periódico y sección, sobre los resultados de un estudio de la OMS respecto a la depresión y otras disfunciones psicológicas, su tratamiento y su relación con las enfermedades de naturaleza física (La depresión deteriora más la salud que el asma o la diabetes), que también se contrastan en la tesis enlazada en EL FARO DEL DOLOR ESTUDIO DE LAS VARIABLES PSICOLÓGICAS EN LOS PACIENTES DE DOLOR CRÓNICO, de Penélope Infante Vargas. Probando todo ello que es necesaria la multidisciplinariedad para abordar las enfermedades que afectan a la calidad de vida de las personas.
Habría, por lo tanto, que exigirle a los periodistas, a las autoridades y a la sociedad en general que no se tome tan a la ligera determinadas informaciones sobre salud, más aún cuando se pueden estar haciendo un favor a sí mismos, ya que nadie está a salvo de caer en ese saco.
Empecemos por el principio y extraigamos la frivolidades y los fuegos de artificio periodísticos para centrar el tema y darle algún sentido al mencionado estudio, el cual en sí no aporta nada nuevo.
La periodista informa sobre un informe realizado por The Work Foundation (Fundación sobre el trabajo, se podría traducir), el cual, tras consultar a 15 especialistas de salud laboral respecto de cuatro enfermedades musculoesqueléticas (el dolor de espalda, la artritis, la espondilitis anquilosante (artritis de columna) y los problemas en las extremidades superiores, como codo de tenista o síndrome del túnel carpiano), descubre América: los efectos psicológicos de la inactividad por baja laboral pueden ser más perjudiciales psra la evolución de la dolencia que buscar fórmulas para poder ayudar a la recuperación mediante la conjunción del trabajo con la dolencia.
La periodista lo que ha hecho es resumir una nota de prensa de dicha fundación (Work is ‘cure as well as cause’ of major workplace illnesses), pero o no se ajusta al contenido o no ha sabido captar la idea; digamos que ha salido del paso con un titular llamativo distinto al inglés.
No informa respecto la naturaleza de la fundación (theworkfundation.com), no situa el informe -el mercado laboral de Reino Unido- porque no creo que haya leído sus 70 páaginas (Fit for Work: Musculoskeletal Disorders and Labour Market Participation) ni indaga si, por ejemplo, en España la situación y los métodos son los mismos -que no lo son-, ni tampoco puntualiza, porque generaliza, que se trata principalmente de las bajas ocasionales y no de las de larga duración, si bien se trata de disminuir el porcentaje en que las primeras se conviertan en las segundas o incluso incapacitantes.
En España es norma aplicar las recomendaciones de dicho informe: compaginar la jornada laboral con sesiones de rehabilitación.
Tampoco razona siquiera su titular o porque se dice en la nota de prensa de la fundación la frase que resalta entre comillas. Es decir, el trabajo puede ser tanto causa como cura de una enfermedad, porque los efectos psicológicos de estar inactivo por mucho tiempo, así como las distorsiones que sobre esos efectos se producen en el ámbito familiar a nivel relacional y económico, causan que la enfermedad se agrave.
En este punto el sistema español, como en casi todos, también adolece de no atender al paciente, trabajador o no, como debiera. La periodista sólo tenía que haberse leído, además del informe y de lo mencionadio arriba) un artículo de su mismo periódico y sección, sobre los resultados de un estudio de la OMS respecto a la depresión y otras disfunciones psicológicas, su tratamiento y su relación con las enfermedades de naturaleza física (La depresión deteriora más la salud que el asma o la diabetes), que también se contrastan en la tesis enlazada en EL FARO DEL DOLOR ESTUDIO DE LAS VARIABLES PSICOLÓGICAS EN LOS PACIENTES DE DOLOR CRÓNICO, de Penélope Infante Vargas. Probando todo ello que es necesaria la multidisciplinariedad para abordar las enfermedades que afectan a la calidad de vida de las personas.
Habría, por lo tanto, que exigirle a los periodistas, a las autoridades y a la sociedad en general que no se tome tan a la ligera determinadas informaciones sobre salud, más aún cuando se pueden estar haciendo un favor a sí mismos, ya que nadie está a salvo de caer en ese saco.
Dolor crónico por problemas de espalda o columna, fibromialgia, esclerosis múltiple, artritis, artrosis, migrañas, oncológicos. etc; así como los problemas vitales y psicológicos que sufre el paciente y sus cuidadores.
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