sábado, 22 de septiembre de 2007

EL DOLOR Y EL ARTE

El dolor suele utilizar tanto al arte como a la literatura como vía de escape. Ambas necesitan de la vista pero es evidente que el arte contiene un factor más expresivo que la literatura, la cual sin embargo enfoca el dolor desde su faceta reflexiva.

Recientemente me han recomendado una página donde se aglutinan variadas obras de arte inspiradas directamente por el dolor -presenta una versión totalmente en castellano -que es a la que enlazamos y se debe solicitar permiso para poder utilizar las imágenes-. Merece la pena viisitarla porque se representan escenas que explican de formas más o menos alegóricas y con distintas formas plásticas de expresión, lo que se siente mediante el dolor tanto en lo negativo como en lo que de positivo y esperanza puede a veces conllevar. Merece la pena visitarla, pues, además de que las obras artísticas son explicadas por sus autores, se presenta una escueta pero muy acertada definición de dolor crónico. La página es: PAIN EXHIBIT (EN ESPAÑOL).

Son muchos los artistas que han utilizado el dolor como forma de expresión: Edvard Munch (1863-1944), con su serie de cuadros El Grito, y Frida Kahlo, en casi toda su obra, de la cual puede decirse que su obra es un diario del dolor. En la entrada RELATO DE UN DÍA CON DOLOR CRÓNICO se presentan las obras más emblemáticas de ambos, si bien, si escribimos la palabra "dolor" en el buscador Google (imágenes), aparecen numerosas obras sobre el dolor -sobre todo de la artista mexicana-, o si escribimos sus nombres en el mencionado buscador tendremos a nuestra disposición miles de referencia de sus obras, y en ambos páginas de Wikipedia de estos autores se presentan varios enlaces a galerías.

De hecho, se piensa que una de las posibles causas del dolor físico de Frida Kahlo -de la que este año se cumple el centenario de su nacimiento, 6 de julio- se debía a que padecía fibromialgia -además de las secuelas de las treinta y tantas operaciones a las que fue ometida, que se dice rápido, a consecuencia de ser atropellada a los 18 años por un autobús-.

Esta mujer, que tuvo que pasar media vida postrada en una cama y durante largos periodos inmovilizada con corsés ortopédicos o una coraza de escayola, también nos dejó, como manifiesto de su dolor y de sus últimos años, un diario personal que ha sido recientemente reeditado.

Parece pues evidente que una de las terapias más utilizadas para enfrentarse al dolor e intentar sobreponerse a él o sobrellevarlo es expresar lo que sentimos, no como un cuerpo que aparentemente puede parecer sano, sino como mente que lucha contra esa cruz. Y digo lucha, a pesar del sufrimiento y la desesperación y la soledad, porque el simple hecho de expresarse significa tomar conciencia de que uno sufre una enfermedad o enfermedades pero que, por encima de todo, no es enfermedad, sino persona. Luchar contra el dolor debería ser el desafío de la ciencia y la medicina porque él es el que nos impide vivir con libertad, debe ser un derecho y no una tara y debemos afrontarlo con esperanza, aunque sea difícil, porque, si no, no seremos nada.

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Dolor crónico por problemas de espalda o columna, fibromialgia, esclerosis múltiple, artritis, artrosis, migrañas, oncológicos. etc; así como los problemas vitales y psicológicos que sufre el paciente y sus cuidadores.
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